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PERSONA,FAMILIA Y RR.HH

LA ADOLESCENCIA

LA   ADOLESCENCIA
SonrisaRELACIONES INTERPERSONALES EN LA ADOLESCENCIA    Sonrisa
PENSAR,SENTIR Y ACTUAR. Qué es lo que debemos observar en nosotros?.A veces el actuar está condicionado a las circunstancias o se actúa por deber o responsabilidad. En cuanto al pensar, a veces se piensa de una determinada manera porque uno hizo suyo el pensar de otros ya sea por admiración o por la educación que ha recibido. EL SENTIR es lo que nos da mayores garantías que sea realmente nuestro. Por lo tanto de aquí se parte, y en base a él debemos construir el pensar que determinará finalmente nuestra forma de actuar. El sentir es el punto de partida.Mucho se habla de mirar hacia dentro de uno, para conocerse a sí mismo. Pero no siempre se entiende cómo se hace esto.Esto se hace poniendo una "gran oreja" a lo que tú sientes respecto de todo: las actividades, las formas de pensar, las reglamentaciones, las cosas, las actitudes, etc. para ir distinguiendo entre tu forma de ver las cosas y la forma de ver de los demás. Para esto debes dejar de considerar "como se debe pensar" frente a determinadas situaciones ni "cómo los demás esperan que tu pienses", sino tal cual tú las sientes. Ni "cómo se realiza tal o cuál cosa", sino cómo la harías tú.Así irás descubriendo: lo que prefieres, lo que te llama la atención, lo que rechazas, lo que anhelas, lo que sueñas, en lo que te sientes capaz, lo que te es indiferente, qué ocupa tu imaginación, cuáles son tus fantasías, a qué le temes, qué cosas tienen mayor valor para tí; cómo quieres que los demás te vean, ¿como una persona inteligente o cariñosa o bella o de carácter o imaginativa o generosa o capaz o creativa, o amistosa, etc.? Ojalá todas ellas, ¿verdad?. ¿Pero por cuál o cuáles te inclinas más? Pon atención al dolor.No confundas el rechazo por algo debido a que no te agrada con algo que rechazas porque te produce dolor. El dolor indica daño y hay que tratarlo tal como se atiende un dolor físico. Si no logras entenderlo y reenfocarlo, entonces busca ayuda profesional sicológica. No creas que para ir a ver un psicólogo hay que estar loco, basta que tengas un dolor que no sepas como "digerir". Vale la pena hacerlo, hay gente que pasa toda su vida arrastrando un dolor que podría haber abandonado y olvidado hace mucho tiempo. Poder distinguirse de los demás.Uno de los problemas al querer expresar cómo uno es, es que no sabe qué decir o muchas de las características propias no puede identificarlas. Y es porque no ve el "contraste con los demás", te da la impresión que todo el mundo es así y que esto no es una particularidad tuya. Por ejemplo si yo me considero imaginativa, tiendo a pensar que todo el mundo es así porque ¡es super entretenido serlo!, ¿porqué alguien no querría ser así?. Pero no, a mucha gente esto le es indiferente y muchas ni siquiera se han percatado de este tipo de cosas y tú no te has dado cuenta.Por esto debes evaluar tus gustos y aptitudes en comparación con los demás gustos y aptitudes de ti mismo y no en relación con los de los demás. Ej: "Soy más por la imaginación que por otras cosas como el deporte o los cálculos, etc. No confundir el "ser de una manera" con "querer ser de esa manera".Esto nos suele suceder con personas a las que admiramos, es frecuente que sea uno de nuestros padres, o un artista, un amigo, etc, admiramos su personalidad o alguna habilidad que posea e inconscientemente nos apegamos a ella haciéndola propia, sin darnos cuenta que no corresponde a nuestra propia forma de ser.Ejemplo:"Me gusta cómo se relaciona con los demás , tan amistoso que es, tan activo.....". Admiro esa forma de ser y estando junto a él yo me relaciono también con esas personas, pero una vez que él no está presente por algún tiempo, todo cambia, yo no mantengo ese nivel de relación con esas personas...... Eso me indica que yo por más que admire esa forma de ser , yo no soy así, no poseo ese nivel de relación social.También podríamos empezar a admirar y valorar lo que esa persona valora, haciendo propio sus anhelos.Como yo admiro a esa persona empiezo a considerar importante lo que ella considera importante, como por ejemplo, admira el construir puentes, represas, caminos etc. Y uno empieza a creer que esas son cosas importantes y por lo tanto también importantes para uno. Luego te das cuenta que sólo estando junto a esa persona mantienes ese sentir, sin ella esas cosas se te olvidan...... Entonces puedes concluir que esas cosas son importantes para él, pero no necesariamente para uno.Debes tener conciencia de que esto puede sucederte, y en ese caso entres a distinguir.Encontrarás gente con la que realmente coincidas en algunos aspectos con ella, pero lo importante acá es que sea algo realmente tuyo, que responda a tu forma de sentir y de ser. Creer en lo tuyo.Otro de los problemas que se enfrenta al realizar tu búsqueda es que no crees en lo tuyo.Las cosas de afuera te deslumbran y tú pareces insignificante frente a ellas. Te parece que lo tuyo no es nada.Por ejemplo un cantante famoso, un gran descubrimiento, una gran empresa, una obra literaria, una marca deportiva, una nueva tecnología, etc. Todo esto brilla porque se ha desarrollado!! ... y también nació como algo insignificante.Hazle caso a tus tincadas, corazonadas, fantasías, sueños y divagaciones de tu mente, no deseches nada, pensando que son locuras, cosas sin sentido o que otros ya lo deben haber hecho y además mucho mejor. La clave.Esas cosas tuyas que parecen insignificantes, son la clave para ir armando el rompecabezas del panorama de cómo tú eres. Y es allí donde está toda tu fuerza.

 

ETAPAS DEL DESARROLLO HUMANO

 

 

Adolescencia

Introducción.

Tanto los adolescentes como sus familias pueden percibir los años que comprende la adolescencia como una época tormentosa y emocionalmente agresiva plagada de frecuentes enfrentamientos entre unos y otros. Sin embargo, estudios recientes han puesto de manifiesto que a la mayoría de los adolescentes realmente les gustan sus padres y que creen que se llevan bien con ellos. Entonces, ¿por qué consideramos la adolescencia como una época difícil? Lo cierto es que en la adolescencia se produce un rápido desarrollo físico así como profundos cambios emocionales que, aunque pueden ser excitantes, no obstante también pueden resultar confusos e incómodos tanto para el adolescente como para sus padres. En este folleto usted encontrará información sobre estos cambios, sobre los problemas que los mismos pueden generar y sobre algunas formas de afrontar ambos.

Los cambios de la adolescencia.

Durante la adolescencia, las personas crecen y maduran rápidamente. Estos cambios suelen comenzar a la edad de los once años en las mujeres y sobre los trece en los varones. Los cambios hormonales responsables realmente comienzan años antes y pueden dar lugar a períodos de inquietud y mal humor. Las niñas experimentan estos cambios antes que los niños. Debido a esto, en los primeros tres o cuatro años, ellas parecen madurar mucho más rápido, pero después los varones las alcanzan para, a la edad de 17 años, convertirse ambos en hombres y mujeres jóvenes. Estos jóvenes pueden ser ya físicamente tan grandes como sus padres y serán capaces de tener hijos propios. Todo esto se complica con el hecho de que la capacidad de procrear o concebir hijos puede desarrollarse en los adolescentes al mismo tiempo que su madre la está perdiendo debido a la menopausia. Los buenos tiempos y oportunidades disfrutados por su hijos adolescentes pueden hacer sentirse a sus padres demasiado mayores y cierta envidia.

No es sorprendente que, debido a la velocidad de estos cambios, algunos adolescentes lleguen a estar tan preocupados por su apariencia que precisen ser tranquilizados, especialmente si ellos no crecen o maduran tan rápidamente como lo hacen sus amigos. Puede ser útil el recordar que cada adolescente se desarrolla a una velocidad diferente.

La primera regla para las chicas o el cambio de voz en los chicos son acontecimientos importantes que pueden tener lugar en edades diferentes entre los adolescentes. Todo este crecimiento y desarrollo utiliza gran cantidad de energía, lo cual podría tener que ver con el hecho de que los adolescentes parecen necesitar dormir más. El que se levanten tarde puede irritar a sus padres, pero generalmente no es fruto de la pereza u holgazanería.

A la vez que se hacen más altos, comienzan a afeitarse o tienen reglas, las personas de esta edad comienzan a pensar y a sentir de forma diferente. Es la época en que empiezan a establecer relaciones íntimas fuera del entorno familiar con amigos de su misma edad. Las relaciones con la familia también cambian, los padres se hacen menos imprescindibles cuando los adolescentes desarrollan su vida fuera de la familia.

Los primeros desacuerdos suelen surgir cuando los adolescentes comienzan a desarrollar sus propios puntos de vista que con frecuencia no son compartidos por sus padres. Como forma de alcanzar un sentido de identidad diferente del de sus familiares, los adolescentes suelen pasar mucho tiempo en compañía de personas ajenas a la familia o hablando por teléfono con sus amistades. Esta es otra de las cosas que puede irritar a sus padres, pero es un forma importante de lograr un sentido de identidad propio, independiente del de su familia. Estas amistades forman parte del aprendizaje sobre como hacer progresos con los demás. En esta época, el vestido y la apariencia física se convierten en muy importantes, bien como forma de expresar solidaridad con los amigos bien como forma de declarar su creciente independencia de la familia.

Los padres suelen sentirse rechazados, y en cierto sentido lo son. Pero este rechazo aparente es necesario para que el joven llegue a ser un adulto con una identidad propia. Aunque los enfrentamientos y discusiones sean frecuentes, los adolescentes suelen tener un alto concepto de sus padres. Los rechazos y conflictos no suelen tener que ver con la personalidad de los padres, sino más bien con el hecho de que es de sus padres de quien tienen que independizarse si quieren tener su propia vida.

Ala vez que se esfuerzan por ser más independientes, los adolescentes desean intentar nuevas cosas, pero cuando se encuentran en dificultades pueden reconocer que tienen poca experiencia para retroceder. Esto puede producir rápidos cambios de su confianza en sí mismos y de su conducta de forma que parezcan muy maduros un momento y muy infantiles en el siguiente. El sentirse trastornados o el perder la confianza en sí mismos puede hacerles sentir infantiles y esto con frecuencia se expresa por medio de conductas mal humoradas y enfurruñamiento más que como disconfort. Los padres tienen que ser flexibles con estas conductas a pesar de que se sientan bastante estresados al respecto.

Asumiendo riesgos.

La adolescencia es el momento de nuestras vidas en que realmente comenzamos a aprender sobre el mundo que nos rodea y a encontrar nuestro lugar en él. Este aprendizaje implica el intentar nuevas experiencias, algunas de las cuales pueden resultar arriesgadas o incluso peligrosas. Los jóvenes a esta edad anhelan la excitación en una forma que la mayoría de los adultos encuentran difícil de comprender, sobre todo las actividades excitantes que pueden resultar peligrosas. Afortunadamente, la mayoría de los jóvenes buscan estas sensaciones en la música, el deporte u otras actividades que precisan de gran cantidad de energía pero que conllevan un escaso riesgo físico real.

Las primeras experiencias con la bebida, con drogas o el fumar generalmente tiene lugar en compañía de otros. Aquellos que lo hacen solos poseen un mayor riesgo. Las advertencias de los adultos al respecto suelen ser ignoradas, aunque si éstas proceden de algún adolescente mayor que ellos si suelen ser atendidas.

 

Problemas frecuentes. 

 1.-Problemas emocionales

 La investigación ha puesto de manifiesto que cuatro de cada diez adolescentes en algún momento se han sentido tan tristes que han llorado y han deseado alejarse de todo y de todos. En el transcurso de su adolescencia uno de cada cinco adolescentes piensa que la vida no merece la pena vivirla. Estos frecuentes sentimientos pueden dar lugar a un estado depresivo que puede no ser evidente para los demás. Las ingestas alimenticias excesivas, la somnolencia y las preocupaciones excesivas sobre su apariencia física pueden ser también signos de malestar o disconfort emocional. De forma más obvia, pueden aparecer fobias y ataques de pánico. Los estudios recientes han demostrado que los problemas emocionales del adolescente no suelen ser reconocidos ni siquiera por sus familiares o amigos.

 2.-Problemas sexuales

 Los dramáticos cambios físicos de la adolescencia pueden llegar a ser muy preocupantes para algunos adolescentes, especialmente para aquellos que son tímidos y que no desean hacer preguntas al respecto. En el otro extremo, las preocupaciones pueden ponerse de manifiesto en forma de presunción excesiva tanto sobre su capacidad sexual como sobre sus experiencias. Más de la mitad de los adolescentes tendrán su primera experiencia sexual completa antes de los 16 años. Aquellos que comienzan tempranamente con relaciones sexuales tienen un mayor riesgo de embarazos no deseados y de problemas de salud. Los nuevos riesgos para la salud que suponen la infección por HIV y el SIDA constituyen una preocupación adicional.

 3.-Problemas conductuales

 Los adolescentes y sus padres suelen quejarse cada uno de la conducta del otro. Los padres con frecuencia sienten que han perdido cualquier tipo de control o influencia sobre sus hijos. Por su parte, los adolescentes, al mismo tiempo que desean que sus padres sean claros y les suministren una estructura y unos límites, sin embargo, se toman a mal cualquier restricción en sus libertades crecientes y en la capacidad para decidir sobre sí mismos. Los desacuerdos son frecuentes, ya que la persona joven lucha por forjar una identidad independiente. Aunque todo esto es bastante normal, lo cierto es que la situación puede alcanzar un punto en el que los padres realmente pierdan el control, no sabiendo dónde están sus hijos, quiénes son ellos o qué les está pasando. La experiencia sugiere que los adolescentes tienen una mayor probabilidad de tener problemas si sus padres no saben donde están. Por tanto, es importante que ellos permitan a sus padres conocer dónde van, aunque también es recomendable que sus padres se tomen la molestia de preguntar. 

 4.-Problemas escolares

 Los adolescentes que rechazan ir al colegio con frecuencia tienen dificultades en separarse de sus padres, y este problema puede haber tenido su origen ya en la escuela primaria. Este problema puede también manifestarse en forma de molestias del tipo de dolores de cabeza o estómago. Ante un adolescente que no desea ir al colegio es necesario comprobar la posibilidad de que esté siendo acosado por alguno de sus compañeros. El acoso es un problema frecuente del que la gente joven encuentra difícil el hablar y que puede hacer que ir al colegio resulte una experiencia solitaria, miserable y amenazadora, que finalmente puede dar lugar a problemas del tipo de ansiedad y depresión, falta de confianza en sí mismo, y dificultad para hacer amigos. La forma que tienen los padres para poder ayudarles es asegurándose que el colegio tiene una política antiacoso efectiva, e informando a los profesores de su hijo cuando precise de su ayuda.

 Aquellos que van al colegio y hacen novillos son generalmente infelices en casa y se sienten frustrados en el colegio y por eso suelen pasar su tiempo con otros que se sienten del mismo modo. Los problemas emocionales con frecuencia afectan el rendimiento escolar. Es difícil concentrarse adecuadamente cuando uno está preocupado sobre sí mismo o sobre lo que ocurre en casa. Aunque la presión para hacerlo bien y para aprobar los exámenes suele proceder de los padres o profesores, los adolescentes generalmente desean hacerlo bien y se presionan a sí mismo si se les da la oportunidad. El insistir de forma excesiva al respecto puede ser contraproducente. Los exámenes son importantes, pero no se les debe permitir que dominen sus vidas o que les hagan infelices.

 5.-Problemas con la ley

 La mayoría de la gente joven no viola la ley y aquellos que lo hacen son generalmente varones. Cuando lo hacen, generalmente lo hacen una sola vez. Las ofensas repetidas pueden reflejar una cultura familiar, aunque también pueden ser resultado de la infelicidad o del malestar emocional. Es necesario descartar la presencia de estos trastornos ante un adolescente que se mete de forma repetida en problemas.

  1.  


    6.-Problemas de alimentación

     El sobrepeso es una causa frecuente de infelicidad en los adolescentes. Si son criticados o se ríen de su aspecto físico pueden disgustarse consigo mismos y llegar a deprimirse de forma significativa, estableciéndose un círculo vicioso, ellos hacen poco y comen para sentirse mejor, pero esto sólo hace que el problema del peso empeore. El hacer dieta puede realmente agravar la situación. Es más importante que se sientan felices consigo mismos estén gordos o delgados. A pesar de que muchos adolescentes hacen dieta, especialmente las mujeres, afortunadamente son muy pocos los que desarrollarán un trastorno de la alimentación del tipo de la bulimia o la anorexia nerviosa. Sin embargo, estos trastornos ocurrirán con mayor probabilidad si los que se someten a una dieta estricta tienen una pobre opinión de sí mismos, se encuentran bajo tensión o han tenido un problema de sobrepeso en la infancia. 

    7.-Drogas, Pegamentos y Alcohol

     La mayoría de los adolescentes no usa drogas, ni inhala pegamento, y la mayoría de los que lo hace no irá más allá de experimentar ocasionalmente con ellos. A pesar de la publicidad sobre otras drogas, el alcohol es la droga que con mayor frecuencia causa problemas a los adolescentes. La posibilidad del uso de cualquier tipo de droga debería ser considerada cuando los padres observen cambios repentinos y graves en la conducta de sus hijos. 

    8.-Abuso

     Los abusos sexuales, físicos y emocionales pueden tener lugar en la adolescencia y pueden dar lugar a muchos de los problemas mencionados con anterioridad. Las familias con estos problemas precisan de ayuda especializada además de consejo legal ya que muchas de estas conductas constituyen un delito que debe ser denunciado. No es infrecuente que el desconocimiento sea cómplice de la permisividad y que la ayuda en este orden de cosas resulte tardía.

Problemas menos frecuentes.

Mucho menos frecuentes, los cambios conductuales y del estado de ánimo graduales pueden ser signo de un trastorno psiquiátrico más grave. Aunque son trastornos infrecuentes, la esquizofrenia y la depresión maníaca pueden comenzar en la adolescencia. El aislamiento extremo puede ser un signo de esquizofrenia, aunque pueden existir otras explicaciones para el mismo. Los padres preocupados con estas posibilidades deben ponerse en contacto con su médico de cabecera.

Cómo afrontar la adolescencia.

Aunque la adolescencia puede ser percibido como una época difícil, el proceso de maduración que implica puede dar lugar a cambios positivos en la persona que faciliten la superación de los problemas del pasado.

La preocupación de los padres se suele asociar con los períodos de incertidumbre, confusión e infelicidad experimentados por los adolescentes. Pero, a pesar de todo esto, es importante no olvidar que, aunque pueden venir tiempos difíciles, la mayoría de los adolescentes no desarrollará problemas graves.

La mayoría de las dificultades en la adolescencia, por tanto, no son ni graves ni duraderas, aunque esto es de poco consuelo para aquellos que tienen que afrontarlas. Los padres pueden llegar a sentir que han fallado. Sin embargo, aunque pueda decirse cualquier cosa en el calor del momento, los padres todavía juegan un papel crucial en la vida de sus hijos.

Una de sus tareas es la de suministrar una base segura para que sus hijos vuelvan. Para que esto ocurra, los padres tienen que estar de acuerdo entre sí sobre como están manejando las cosas y apoyarse el uno al otro. Generalmente es muy perjudicial cuando un padre se alía con su hijo contra el otro padre.

El siguiente requerimiento son reglas. Aunque los adolescentes crezcan rápidamente, los padres todavía son sus mantenedores y es razonable que sean ellos quienes decidan cuales son las reglas del juego, aunque algunas de estas puedan ser negociadas. A pesar de que los adolescentes puedan protestar, unas reglas sensibles pueden ser la base para la seguridad y pueden realmente reducir las discusiones. Las normas deben ser claras de forma que todo el mundo pueda saber en qué situación se encuentra, y deben ser aplicadas con justicia y de forma consistente. Las reglas también deben ser razonables y menos restrictivas según el adolescente madura y se hace más responsable. Los padres necesitan diferenciar que es importante y qué no lo es, ya que no pueden existir reglas para todo. Mientras que algunas cosas no serán negociables, debería existir un margen para la discusión en otras. Las sanciones o castigos del tipo de no poder salir o quedarse sin paga funcionarán mejor si son establecidas con anterioridad a la infracción, y no deberá nunca amenazarse con las mismas si no se van a llevar a cabo.

Otra tarea para los adultos es el ser una fuente de consejo, simpatía y confort. Los chicos sólo acudirán a sus padres si saben que éstos no los avasallarán, sermonearán o criticarán. Escucharlos es lo fundamental.

Finalmente, los padres no deberían esperar que sus hijos se lo agradecieran - hasta que ellos no tengan hijos probablemente no se darán cuenta de lo agotadora que resulta la tarea de educarlos.

 

Buscando ayuda.

En ocasiones, la familia o el adolescente se verán desbordados y precisarán de ayuda externa a la familia.

Las preocupaciones sobre problemas con el desarrollo físico pueden ser tratada por un médico y por un psicólogo, quien también podrá ayudarle con los problemas emocionales. 

Problemas menos frecuentes.

 

Mucho menos frecuentes, los cambios conductuales y del estado de ánimo graduales pueden ser signo de un trastorno psiquiátrico más grave. Aunque son trastornos infrecuentes, la esquizofrenia y la depresión maníaca pueden comenzar en la adolescencia. El aislamiento extremo puede ser un signo de esquizofrenia, aunque pueden existir otras explicaciones para el mismo. Los padres preocupados con estas posibilidades deben ponerse en contacto con su médico de cabecera.

 

Cómo afrontar la adolescencia.

 

Aunque la adolescencia puede ser percibido como una época difícil, el proceso de maduración que implica puede dar lugar a cambios positivos en la persona que faciliten la superación de los problemas del pasado.

La preocupación de los padres se suele asociar con los períodos de incertidumbre, confusión e infelicidad experimentados por los adolescentes. Pero, a pesar de todo esto, es importante no olvidar que, aunque pueden venir tiempos difíciles, la mayoría de los adolescentes no desarrollará problemas graves.

La mayoría de las dificultades en la adolescencia, por tanto, no son ni graves ni duraderas, aunque esto es de poco consuelo para aquellos que tienen que afrontarlas. Los padres pueden llegar a sentir que han fallado. Sin embargo, aunque pueda decirse cualquier cosa en el calor del momento, los padres todavía juegan un papel crucial en la vida de sus hijos.

Una de sus tareas es la de suministrar una base segura para que sus hijos vuelvan. Para que esto ocurra, los padres tienen que estar de acuerdo entre sí sobre como están manejando las cosas y apoyarse el uno al otro. Generalmente es muy perjudicial cuando un padre se alía con su hijo contra el otro padre.

El siguiente requerimiento son reglas. Aunque los adolescentes crezcan rápidamente, los padres todavía son sus mantenedores y es razonable que sean ellos quienes decidan cuales son las reglas del juego, aunque algunas de estas puedan ser negociadas. A pesar de que los adolescentes puedan protestar, unas reglas sensibles pueden ser la base para la seguridad y pueden realmente reducir las discusiones. Las normas deben ser claras de forma que todo el mundo pueda saber en qué situación se encuentra, y deben ser aplicadas con justicia y de forma consistente. Las reglas también deben ser razonables y menos restrictivas según el adolescente madura y se hace más responsable. Los padres necesitan diferenciar que es importante y qué no lo es, ya que no pueden existir reglas para todo. Mientras que algunas cosas no serán negociables, debería existir un margen para la discusión en otras. Las sanciones o castigos del tipo de no poder salir o quedarse sin paga funcionarán mejor si son establecidas con anterioridad a la infracción, y no deberá nunca amenazarse con las mismas si no se van a llevar a cabo.

Otra tarea para los adultos es el ser una fuente de consejo, simpatía y confort. Los chicos sólo acudirán a sus padres si saben que éstos no los avasallarán, sermonearán o criticarán. Escucharlos es lo fundamental.

Finalmente, los padres no deberían esperar que sus hijos se lo agradecieran - hasta que ellos no tengan hijos probablemente no se darán cuenta de lo agotadora que resulta la tarea de educarlos.

 

 

En ocasiones, la familia o el adolescente se verán desbordados y  precisarán de ayuda externa a la familia. 

Las preocupaciones sobre problemas con el desarrollo físico pueden ser discutidas con el médico de cabecera, quien también podrá ayudarle con los problemas emocionales.

Cuando los problemas surjan en el colegio, los padres necesitarán hablar con los maestros o profesores de sus hijos. Si existieran dificultades con el aprendizaje, el colegio puede solicitar la valoración y ayuda de los psicólogos y pedagogos de la Consejería de Educación. Estos profesionales pueden ayudarle con los problemas de aprendizaje así como ofrecerle consejo y ayuda con los problemas de relación que puedan existir.

Los adolescentes que se sientan confundidos o alterados emocionalmente por períodos de tiempo superiores a unos pocos meses - depresión persistente, ansiedad, problemas con la alimentación o conductas difíciles - generalmente precisan de ayuda extra. Este tipo de ayuda la pueden obtener de los profesionales pertenecientes a su Unidad de Salud Mental correspondiente, quienes le podrán ofertar tratamiento a nivel ambulatorio. A estos profesionales podrá acceder a través de su médico de cabecera o de los equipos específicos de la Consejería de Educación.

Según se hacen mayores, los adolescentes desean una mayor privacidad e independencia lo cual hará que puedan querer ver a su médico por sí mismos. La ley les permite el poder cuestionar sus tratamientos desde la edad de los 16 años, o incluso antes bajo ciertas circunstancias.


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